martes, 10 de noviembre de 2015

¡Felicidades! bien merecidas

Ser maestro es desarrollar una de las tareas más nobles y hermosas de la existencia. La misión de llevar el conocimiento y los valores éticos a las generaciones que un día asumirán responsabilidades en México, es algo honorable y difícil. La condición de maestro implica eso, y consiste en no limitarse a enseñar lecciones sino ser, de cierta manera, un comunicador de las Verdades del Evangelio. Por eso ser profesor es una profesión; ser maestro, una condición especial de sacerdocio.

Es que el magisterio reclama vocación y entrega; y este es el caso de un hombre que ha dedicado la mayor parte de su vida a la enseñanza. Alguien que hoy, con satisfacción del deber cumplido, celebra su Cumpleaños.

Cuarenta y tres años en su vida magisterial - de ellos treinta y siete en el Colegio "Cervantes-Costa Rica", constituyen el saldo de la vocación desarrollada por Andrés Núñez Castañeda (México, D.F. 10 de noviembre de 1950). 

De adolescente vino a la tierra tapatía y aquí cursó estudios hasta graduarse de maestro. Hombre exigente ante la excelencia - algo que comienza por sí mismo - ha sido capaz de trasmitir a generaciones de alumnos y alumnas su saber y los valores que resultan indispensables para emprender una profesión como buenos ciudadanos.

A este decano en la enseñanza de la Literatura en el Costa, no se le debe ni puede pasar por alto. Mencionarlo y reconocer su trayectoria resulta imprescindible. Su estatura profesional es ejemplo lo mismo para los estudiantes, y también para los maestros que gradualmente integran el relevo. Como profesor del Club de Periodismo de este Colegio, entendí la justeza de dedicarle un espacio en nuestro blog; por ello, abusando de su amabilidad y modestia, me atreví a solicitarle una definición propia que aparece a continuación:

"Mis padres me hicieron pequeño, delgado, introvertido, alegre, juguetón, imaginativo y con un corazón muy grande. Nací en una noche fría de noviembre, hace 65 años. Una infancia maravillosa y una juventud deportiva llenaron muchos años. Vendí cartón y guayabas y chayotes para poder estudiar. Fui árbitro, dibujante, fotógrafo y maestro desde siempre. Una esposa, cuatro hijos y mis cuatro hermanos son mi orgullo y mi riqueza. He tenido más de 10,000 hijos adoptivos que se han llevado una parte de mi vida a cambio de una sonrisa, un abrazo, un saludo. Soy un hombre afortunado. Soy un hombre agradecido. Soy un hombre que sabe amar".

Incluimos en este trabajo dos pequeños videos donde Andrés manifiesta, en un primer momento, lo que significan para él estos años de magisterio. En un segundo momento aconseja a los jóvenes, a esos más de 10,000 hijos adoptivos en la enseñanza, que con su granito de arena ha contribuido a formar. 

Admiramos la humildad de este hombre que se hizo maestro a fuerza de sacrificios; el Mtro. Andrés Núñez Castañeda, quien desde su profesión ejerce una encomiable misión de servicio. Este hombre callado, laborioso y sencillo tiene una gran lección que darnos: la ejemplar conducta de su vida, como corresponde a un Colaborador Marista.

¡Feliz Cumpleaños, Maestro!

Publicado por: Alfonso Cadalzo Ruiz, profesor del Club de Periodismo.

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